La escritura de hoy: Números 32:16-24
… sabed que vuestro pecado os alcanzará (v. 23).
«¡Ay, no!», gritó mi esposa cuando entró en la cocina. En ese preciso instante, Max, nuestro perro labrador de unos 40 kilos salió corriendo… y ya no estaba la pata de cordero que había quedado muy al borde de la mesa. Max se la había comido, y solo quedaba la cazuela vacía. Trató de esconderse debajo de la cama, pero solo entraban su cabeza y sus hombros. El cuarto trasero y la cola lo traicionaron cuando fui a buscarlo.
«Ah, Max —susurré—, tu “pecado” te alcanzará». Tomé prestada esa frase de Moisés, cuando exhortó a dos tribus de Israel a ser obedientes a Dios y cumplir sus promesas. Les dijo: «Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante el Señor; y sabed que vuestro pecado os alcanzará» (Números 32:23).
El pecado puede resultar placentero por un momento, pero genera el enorme dolor de separarnos de Dios. Moisés le recordaba a su pueblo que Dios ve y sabe todo. Y el escritor de Hebreos lo expresa así: «todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta» (4:13).
Aunque ve todo, nuestro Dios santo nos invita con amor a confesar nuestro pecado; a arrepentirnos, alejándonos de él; y a andar rectamente en su camino (1 Juan 1:9). Sigámoslo hoy en amor.



