“El llamado de Dios es claro: volver a la Palabra con reverencia y humildad.”
Vivimos en un tiempo de grandes tensiones ideológicas, sociales y espirituales. Muchos buscan respuestas en la fe, pero no siempre con la disposición de dejar que la Palabra de Dios hable por sí misma. Con frecuencia, la Biblia es utilizada como si fuera un sello de aprobación para justificar causas personales, ideas políticas, proyectos sociales o doctrinas de moda. Pero la Escritura no es un libro de citas motivacionales ni un manifiesto para promover agendas humanas. Es la revelación de Dios mismo, que nos confronta, transforma y nos llama al arrepentimiento.
Dietrich Bonhoeffer, mártir de la resistencia cristiana al nazismo, advirtió sobre el peligro de un mensaje diluido que él llamó el evangelio barato:
“El evangelio barato es la predicación del perdón sin exigir arrepentimiento, el bautismo sin disciplina eclesial, la comunión sin confesión, la absolución sin confesión personal. El evangelio barato es gracia sin discipulado, gracia sin la cruz, gracia sin Jesucristo, vivo y encarnado.” (Bonhoeffer, 1937)
Este evangelio barato no incomoda, no confronta y no transforma. Es un cristianismo reducido a etiqueta cultural, que busca validar el estilo de vida de las personas sin llamarles a morir al yo. Pero la Biblia es clara: el evangelio no es un accesorio para nuestra vida, es un llamado radical a seguir a Cristo. Jesús dijo:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” (Lucas 9:23)
Cuando el mensaje del evangelio se mezcla con ideologías humanas, ya sean espirituales, culturales o sociales, corremos el riesgo de predicar otro evangelio. El apóstol Pablo fue contundente al respecto:
“Me maravillo de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente… Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gálatas 1:6-8)
¿Qué es Exégesis?
Exégesis proviene del griego exēgēsis (ἐξήγησις), que significa explicación o interpretación. Consiste en extraer el significado original del texto bíblico, prestando atención a su contexto histórico, literario, cultural y teológico. El objetivo de la exégesis es descubrir lo que el autor inspirado quiso comunicar a sus primeros lectores y, a partir de ahí, entender cómo se aplica hoy.
Exégesis no es un mero ejercicio intelectual. Es una disciplina espiritual que requiere humildad, oración y dependencia del Espíritu Santo. Como dice 2 Timoteo 2:15:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”
Pasos básicos de una buena exégesis
- Leer el texto en su contexto inmediato.
- Investigar el contexto histórico y cultural.
- Identificar el género literario.
- Aplicar la enseñanza a la vida.
¿Qué es Eiségesis?
La eiségesis es el proceso contrario a la exégesis. Significa introducir nuestras propias ideas, prejuicios o agendas en el texto. En vez de dejar que el texto nos hable, le imponemos un significado que ya tenemos en mente. Esto es peligroso porque convierte la Biblia en un espejo de nuestras opiniones, en lugar de ser una lámpara que ilumina nuestro camino (Salmo 119:105).
Ejemplos de eiségesis
- Teología de la prosperidad: tomar pasajes como 3 Juan 2 para enseñar que Dios garantiza riqueza material a todo creyente.
- Uso ideológico de la Biblia: emplear textos de juicio para justificar odio hacia grupos sociales o políticos.
- Predicación moralista: reducir la Biblia a consejos de autoayuda, dejando fuera la centralidad de Cristo.
Eiségesis en la Vida Colectiva
No solo individuos, sino comunidades enteras pueden caer en eiségesis. Cuando una iglesia toma la Biblia solo para reforzar su identidad cultural, justificar sus prácticas o atacar a otros, corre el riesgo de reemplazar el evangelio por tradición humana. Así se diluye el mensaje de Cristo y se pierde el enfoque en el llamado al discipulado. (Colosenses 2:8)
Discernimiento y Responsabilidad del Creyente
Dios nos llama a ejercitar discernimiento espiritual. Los bereanos son un modelo a seguir (Hechos 17:11). El creyente debe:
- Escuchar con espíritu crítico.
- Verificar en la Palabra.
- Vivir en obediencia.
Aplicación Pastoral
Este tema no es solo académico. Tiene consecuencias reales en la vida de las iglesias. Cuando se practica la exégesis:
- Los sermones edifican y no manipulan.
- La congregación crece en madurez.
- Cristo es el centro de la predicación.
Cuando se practica la eiségesis:
- Se crea división y sectarismo.
- Se manipula a la gente para seguir agendas humanas.
- Se genera frustración.
Conclusión
El llamado de Dios es claro: volver a la Palabra con reverencia y humildad. La exégesis fiel nos protege de errores y nos lleva a un encuentro transformador con Cristo. La eiségesis, en cambio, nos encierra en nuestras propias ideas y nos aleja de la verdad que libera.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16-17)
Referencias
- Bonhoeffer, D. (2015). El costo del discipulado. Editorial CLIE.
- Stott, J. (1982). Between Two Worlds: The Art of Preaching in the Twentieth Century. Eerdmans Publishing.
- Spurgeon, C. H. (2017). Morning and Evening. Christian Classics Ethereal Library.
- La Biblia de las Américas. (2020). Sociedad Bíblica Lockman.