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Escudriñando las Escrituras y los tiempos: La nobleza de Berea frente al sensacionalismo religioso

La advertencia de John Bryan Chapell sobre la necesidad de examinar las enseñanzas pastorales a la luz de las Escrituras es especialmente relevante en el contexto actual, marcado por la desinformación, el populismo religioso y la superficialidad doctrinal. En la era digital, las redes sociales y las aplicaciones móviles facilitan la rápida difusión de teorías proféticas virales que rara vez se analizan con rigor (“Fenómeno viral”, n.d.). Estas corrientes de información errónea saturan los dispositivos de los creyentes y subrayan la urgencia de practicar un discernimiento fundamentado en la Palabra. Para fortalecer este discernimiento, se recomienda la lectura diaria de la Biblia, la participación en estudios bíblicos grupales y la consulta de comentarios teológicos confiables. Estas prácticas no solo aumentan el conocimiento bíblico, sino que también ofrecen una base sólida para evaluar las enseñanzas recibidas y evitar interpretaciones incorrectas.

El libro de los Hechos ofrece un contraste esclarecedor: “Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11, RVR1960). La nobleza de los bereanos no residía en su cultura ni en su intelecto, sino en su disposición a comprobarlo todo a la luz de la Palabra. Esa actitud crítica y reverente es la que necesitamos recuperar hoy.

Entre la fe y la realidad social

Recientemente, mi esposa Lizzie hizo una observación que me llevó a una profunda reflexión. Señaló que muchos fallamos en la predicación, la enseñanza y el discipulado al omitir la situación política y social y al no capacitar a la comunidad para discernir los tiempos. Su observación es crucial: el Anticristo será una figura tanto política como religiosa, no solo una entidad espiritual.

Si no entrenamos a la iglesia a estar arraigada en la Palabra y atenta al panorama político y social, ¿cómo discernirá el cuerpo de Cristo la llegada de un líder global carismático que predicará unidad y paz, pero negará la verdad de Dios? Por ejemplo, los recientes tratados de paz en el Medio Oriente han suscitado interpretaciones erróneas como el cumplimiento inmediato de las profecías apocalípticas (“El conflicto Israel-Irán revive profecías del apocalipsis ¿Será el fin del mundo?”, 2025). Algunos pueden señalarlos apresuradamente como señales definitivas, olvidando la advertencia bíblica sobre la importancia del contexto y la prudencia en la interpretación profética. En estos casos, es crucial que los creyentes respondan bíblicamente, analizando las implicaciones con un enfoque en el amor, la esperanza y la vigilancia continua.

El profeta Daniel es un ejemplo inspirador de cómo discernir los tiempos. Imagina a Daniel, un joven cautivo en una tierra extranjera, enfrentándose a la enorme responsabilidad de interpretar las visiones que Dios le había mostrado. Mientras se inclinaba sobre los antiguos pergaminos de las profecías de Jeremías, no solo buscaba conocimiento; se jugaba el destino de su pueblo. Daniel oraba fervientemente, día y noche, pidiendo sabiduría para comprender cuándo serían liberados sus compatriotas. Al recibir respuestas divinas, sus revelaciones no estaban destinadas a sembrar pánico, sino a mantener al pueblo vigilante y preparado. De manera similar, el Apocalipsis no se nos dio para generar ansiedad, sino para afirmar la esperanza y la preparación constante: “Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro” (Apocalipsis 22:7).

El peligro del sensacionalismo profético

La falta de discernimiento se evidencia cuando algunos predicadores transforman cada noticia internacional en un evento apocalíptico. Recientemente, ciertos líderes religiosos interpretaron el diálogo entre Israel, Gaza y la intervención diplomática de Estados Unidos como el cumplimiento definitivo de las profecías de paz en Medio Oriente. Esto refleja una falacia’ post hoc’, donde se asume que un evento ocurre por otro solo porque sigue en secuencia. (“Post hoc ergo propter hoc”) Sin embargo, la historia muestra que los procesos de paz suelen ser frágiles y temporales. Sensacionalizar estas noticias no edifica; al contrario, genera confusión en la comunidad y desacredita el testimonio de la iglesia cuando las predicciones no se cumplen. Al equipar a los lectores con herramientas para identificar estas falacias, se fomenta un análisis crítico frente al sensacionalismo.

Charles Spurgeon lo expresó de manera magistral:

“El discernimiento no es simplemente saber la diferencia entre lo bueno y lo malo; es saber la diferencia entre lo bueno y lo casi bueno”.

En la escatología, esa diferencia es vital. El “casi bueno” puede tener apariencia de paz y prosperidad, pero su desenlace está lejos del propósito de Dios.

Una visión equilibrada de la escatología

El teólogo escatológico George Eldon Ladd señaló que “la tensión del ‘ya’ y el ‘todavía no’ en el Reino nos exige vivir vigilantes, sin caer en la ansiedad del inmediatismo ni en la indiferencia del escepticismo” (Ladd, 1959, p. 131). Es decir, debemos reconocer que las señales del fin son reales, pero también que Dios nos llama a la sobriedad y al examen paciente, no al pánico ni a las conclusiones apresuradas.

El apologeta Francis Schaeffer también subrayó la importancia de leer los tiempos con una cosmovisión bíblica: “Cada generación de cristianos tiene que redescubrir y aplicar la verdad de Dios a su momento cultural” (Schaeffer, 1976, p. 25). No podemos discipular a la iglesia como si viviera aislada de la historia; debemos ayudarla a interpretar los acontecimientos a través del filtro de la Palabra.

Aplicación práctica: el método bereano

El ejemplo de Berea nos muestra un camino concreto:

  • Recibir con apertura: Escuchar lo que se predica, sin prejuicio, pero tampoco sin ingenuidad.
  • Escudriñar con diligencia: No basta con repetir lo que dijo el pastor o lo que circula en redes. El creyente debe verificar si esas enseñanzas se alinean con la Biblia. Por ejemplo, ante una afirmación viral en redes sociales que declare el fin del mundo en una fecha específica, el creyente puede seguir estos pasos: primero, recoger la información original y analizar su fuente; segundo, consultar las Escrituras para buscar versículos pertinentes, como las advertencias de Jesús sobre falsos profetas y fechas; y tercero, comparar el contexto bíblico con la afirmación. Este método no solo refuta conceptos erróneos, sino que también fortalece la fe al basar las creencias en la verdad bíblica.
  • Consideremos también situaciones cotidianas como evaluar un sermón reciente. Un miembro puede tomar notas durante el sermón, identificar los pasajes bíblicos citados y luego revisarlos en su contexto completo para asegurarse de que no haya malinterpretaciones.
  • En otro escenario, al recibir un mensaje reenviado por un amigo que afirma una profecía específica, uno podría primero verificar su procedencia, luego investigar qué dicen sobre el tema las fuentes bíblicas confiables y finalmente analizar si el mensaje ha sido distorsionado o sacado de contexto. Estas prácticas refuerzan una fe sólida y permiten un abordaje más crítico y consciente del contenido consumido.
  • Discernir los tiempos: Examinar las ideologías, los discursos políticos y las noticias internacionales con el mismo rigor bíblico.

El apóstol Pablo exhortó: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). Esta es la disciplina que necesitamos hoy: no ceder al sensacionalismo, no delegar nuestra fe en otros, sino crecer en madurez espiritual y discernimiento.

Conclusión

La actitud noble de los bereanos es una defensa eficaz contra el error y el sensacionalismo. Una iglesia que examina las Escrituras y, como señaló Lizzie, aprende a interpretar los tiempos, podrá identificar las voces del engaño, incluso cuando parecen veraces. Es fundamental fomentar el discernimiento comunitario, donde los miembros se apoyen mutuamente en el estudio y comprensión de las Escrituras. Este enfoque fortalece la unidad y el crecimiento compartido, y ayuda a la congregación a valorar el desarrollo espiritual conjunto. En un contexto saturado de discursos políticos, religiosos y mediáticos, solo la Palabra de Dios permanece como el estándar inmutable.

Jesús lo dijo con claridad: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Esa debe ser nuestra seguridad y nuestro ancla.

Referencias

  • Biblia Reina Valera 1960. (1960). Sociedades Bíblicas Unidas.
  • Chapell, B. (2005). Christ-Centered Preaching: Redeeming the Expository Sermon. Baker Academic.
  • Ladd, G. E. (1959). The Gospel of the Kingdom: Scriptural Studies in the Kingdom of God. Wm. B. Eerdmans.
  • Schaeffer, F. A. (1976). How Should We Then Live? The Rise and Decline of Western Thought and Culture. Crossway.
  • Spurgeon, C. H. (1892). Discourses on Discernment. Passmore and Alabaster.