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¿Dónde está la Iglesia?

Un llamado a pastores, líderes y al pueblo de Dios

En las últimas semanas, Puerto Rico ha sido escenario de un fenómeno cultural sin precedentes: la serie de conciertos de Bad Bunny en el Coliseo José Miguel Agrelot. La isla ha recibido más de medio millón de visitantes, generando un impacto económico estimado en más de 180 millones de dólares. Todo esto mientras miles de jóvenes corean canciones que, aunque populares, reflejan los valores de un mundo cada vez más distante de Dios.

La pregunta que surge es inevitable: ¿y la Iglesia de Cristo, dónde está?


Una juventud en crisis

Los datos hablan por sí solos:OPINIÓN I Reflexiones sobre la crisis emocional de los jóvenes

  • En Puerto Rico, 4 de cada 10 jóvenes entre 18 y 25 años reportan sentirse desmotivados y sin esperanza (Instituto de Estadísticas de PR, 2023).

  • El suicidio es la tercera causa de muerte entre adolescentes y jóvenes adultos, con un aumento del 17% en la última década (Departamento de Salud, 2024).

  • El 70% de los casos de violencia en el noviazgo ocurre en jóvenes menores de 25 años (Observatorio de Violencia de Género, 2023).

  • Según Pew Research Center, el 43% de los jóvenes latinos en EE.UU. ya no se identifican con ninguna religión organizada.

  • Barna Group (2022) reporta que 57% de los jóvenes cristianos entre 13 y 24 años consumen pornografía al menos una vez al mes.

Mientras tanto, los conciertos, las redes sociales y la cultura popular se convierten en el nuevo “discipulado” de la juventud.


La responsabilidad bíblica de los mayores

La Escritura nos recuerda que no podemos quedarnos callados:

  • “Y estas palabras… las repetirás a tus hijos… al acostarte y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:6–7)

  • “Contaremos a la generación venidera las alabanzas de Jehová, su poder y sus maravillas.” (Salmo 78:4)

  • “De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a los suyos.” (Joel 1:3)

  • “Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes, presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras.” (Tito 2:6–7)

Una generación tiene la responsabilidad de instruir a la otra. Callar es abdicar de esa misión.


Lo que otras naciones nos enseñan

La historia reciente nos da ejemplos claros:

  • En Corea del Sur, la juventud fue protagonista de un avivamiento de oración en los años 70–90. Décadas después, ese fuego aún deja huellas.

  • En Estados Unidos, conferencias como Passion reúnen a miles de universitarios en estadios para adorar a Cristo, mostrando lo que ocurre cuando la Iglesia invierte en la juventud.

  • En gran parte de Europa, el silencio de las iglesias permitió el avance del secularismo, y hoy menos del 10% de los jóvenes en países como Francia o Alemania se identifican como cristianos.

La lección es clara: donde la Iglesia calla, la cultura ocupa el espacio.


Concurso fotos | Concurso de vídeos para Eguraldia de eitb.com - Eguraldia - EITBEl reto para Puerto Rico

Como líderes espirituales, no basta con condenar conciertos ni expresar indignación en redes sociales. El reto real es discipular con intención, amor y firmeza.

Preguntémonos con honestidad:

  • ¿Estamos creando espacios donde los jóvenes puedan hablar de sus luchas sin temor a ser juzgados?

  • ¿Nuestros ministerios juveniles ofrecen discipulado profundo o solo entretenimiento?

  • ¿Estamos usando los medios digitales para sembrar la Palabra con creatividad y relevancia?

  • ¿Estamos formando líderes maduros y preparados para guiar a esta generación?


Volver a Dios

La solución no está en la política ni en el boicot cultural. La solución sigue siendo Cristo.

  • “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado… entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” (2 Crónicas 7:14)

  • “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.” (Salmo 127:1)

Si no levantamos altares en nuestras casas e iglesias, otros llenarán ese vacío con ídolos modernos.


Un llamado urgente

Hoy más que nunca, la Iglesia necesita levantar la voz. No desde la queja, sino desde la proclamación. No desde la condena, sino desde la verdad y el amor.

La juventud no necesita más ídolos; necesita padres espirituales. No necesita más entretenimiento; necesita el poder transformador del evangelio.

El reto está frente a nosotros. Puerto Rico necesita un avivamiento, y ese avivamiento comenzará en los hogares y en las iglesias que se atrevan a reconocer a Cristo como Rey y Señor.


Como ministerio, nos ponemos a disposición de pastores, líderes e iglesias que deseen profundizar en este tema. Queremos servir, acompañar y trabajar en conjunto para rescatar a esta generación y afirmar la próxima en la fe. Todavía hay esperanza, pero el tiempo es ahora.